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Argentina-Colombia: cruce vital para seguir construyendo futuro

Por La Redacción

La Argentina continúa en la Copa América por el corredor del Pacífico entre La Serena y Viña del Mar. Hoy hará su última escala a orillas del mar, en el Sausalito, un estadio que en el Mundial 1962 se deleitó con las gambetas indescifrables de Garrincha ante los mecánicos ingleses.

El seleccionado todavía no destila tanta magia como el inigualable Mané, pero en su declaración de intenciones está la de cuidar y acunar la pelota para ser ambicioso y ofensivo.

El ciclo de Gerardo Martino , que todavía no cumplió un año, estará esta noche ante su partido más importante de los once que hasta aquí componen la campaña. La importancia no obedece a que represente la culminación de algo, sino un tránsito hacia lo trascendente. A las 20.30, con temperatura invernal cercana a los 10 grados y la ausencia de brisa, la Argentina enfrentará a Colombia por los cuartos de final. En caso de empate, la definición será por penales, posibilidad que en la última práctica fue ensayada por el seleccionado, si bien el Tata lo relativizó porque no se hace con el entorno y bajo la presión de un encuentro real.

Cuando esta generación de jugadores, de los cuales 16 (con el lesionado Andújar eran 17) tienen experiencia mundialista, afirma que sería un pecado quedar en la historia sin haber ganado un título con la camiseta celeste y blanca, lo que se impone es superar exámenes como el de hoy. Los cuartos de final, ese trauma que en los mundiales fue erradicado hace un año en Brasil, también trajo sus trastornos por la Copa América. El más reciente fue en el torneo organizado en nuestro país en 2011, cuando Uruguay se impuso por penales. Con este formato de competencia, de siete cuartos de final disputados, fueron más las amarguras (cuatro, en 1995, 1997, 1999 y 2011) que los festejos (tres, en 1993, 2004 y 2007).

La Argentina llega a la cita en situación promisoria, distante aún de la ideal. Con características diferentes a las de Chile, ambos equipos son los que desplegaron mejor juego en el torneo. Martino dispondrá de la formación que más lo conforma en la actualidad, con los once apellidos de memoria, los que estuvieron desde el comienzo frente a Uruguay y redondearon la producción más convincente, por la dureza del adversario, porque mostró más continuidad en el juego y porque expuso carácter cuando el partido se hizo ríspido. Reaparecen Otamendi y Agüero, goleador del equipo con dos tantos.

El panorama de Colombia es más complejo. Se quedó sin su doble pivote defensivo en el medio: «La Roca» Sánchez y Edwin Valencia. Martino calificó esas bajas rivales como «muy importantes porque son los que sostuvieron al equipo de mitad hacia atrás». Uno de los que entrará es Alex Mejía, que en 2013 ingresó en el Monumental para hacerle seguimiento personal a Messi. Sobre el otro sustituto hay más incertidumbre; Martino especula con que podría aparecer un zaguero central, Pedro Franco, pero podría estar el lateral Camilo Zúñiga.

Ambos seleccionados no están satisfechos con su producción ofensiva, aunque el caso de Colombia, que dependió de que Brasil le ganara a Venezuela para clasificarse como uno de los dos terceros, es más grave. Sólo un gol en 270 minutos, del zaguero Murillo tras un entrevero en el área. Eso sí, fue muy valioso, ya que sirvió para superar 1-0 a Brasil. Y tuvo una gran puntería, pues fue el único remate entre los tres postes de Colombia en los 90 minutos. Falcao se empeña en volver a ser el delantero voraz que fue y Teo Gutiérrez fue valioso por manejo de la pelota fuera del área, pero no pesó en zona de definición. «No estamos acostumbrados a hacer tan pocos goles», reconoció José Pekerman, que está más tranquilo en el aspecto defensivo, con un solo gol recibido (de Venezuela).

La Argentina no sólo tiene al mejor del mundo en Messi, que además es el que más remató al arco en la etapa de grupos del torneo, con 17 disparos y apenas un gol de penal. El seleccionado acumula 41 tiros (18 al arco, 44 por ciento de acierto). Martino analizó ese déficit: «Hay dos cuestiones importantes por mejorar. Una es la cantidad de gente que ponemos en el área rival para finalizar las jugadas. Llegamos de buena manera por los costados y nos faltan más opciones a la hora de la definición». Y también puntualizó sobre la defensa: «Debemos ser más coordinados en el retroceso, que las salidas rápidas del rival no nos hagan tanto daño».

Un Argentina-Colombia ya no es lo que era a mediados del siglo pasado, cuando por el viejo Campeonato Sudamericano nuestro seleccionado goleó 9-1 (1945) y 8-2 (1957). Más contemporáneos son el 5-0 de Colombia en el Monumental por las eliminatorias, la noche de los tres penales fallados por Palermo en la derrota por 3-0 en la Copa América de 1999 o el empate 0-0 en Santa Fe 2011 con silbidos para el equipo y Messi. El de esta noche no debería ser uno más. Es el más importante de la era Martino para seguir construyendo futuro.

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