En el ‘Gigante de Arroyito’ se vivió una de las lamentables y repudiables situaciones que se hicieron una costumbre en el fútbol argentino. Desde la tribuna le arrojaron un piedrazo al técnico de Tigre, quien quedó varios minutos en el piso con su cabeza sangrando. Cuando pudo estabilizarse, el árbitro Diego Ceballos le preguntó si podía continuar y todo siguió como si nada.
El fútbol argentino vive una naturalización de situaciones violentas que horroriza. El ejemplo de esta afirmación se vivió en el ‘Gigante de Arroyito’ en el choque entre Rosario Central y Tigre, cuando el técnico Gustavo Alfaro terminó con su cabeza abierta repleta de sangre por culpa de una burda agresión desde una de las tribunas lateralesdel estadio.
Cabe destacar que en ese mismo estadio Agustín Orion sufrió una agresión similar cuando Boca jugó por Copa Sudamericana ante el «Canalla». Al arquero, apenas ingresó al campo de juego, le arrojaron un piedrazo que lo dejó en el suelo. Aunque, al igual que en este cotejo, la acción continuó.