Con una gran actuación de Barovero y otro gol de Carlos Sánchez, como en el partido de ida, le ganó a 1-0 y levantó su séptimo título internacional.
Por localía, por necesidad de revertir el 0-1 y para demostrar que lo había pasado en River había sido solo una mala noche, San Lorenzo salió a mostrar credenciales de arranque en la revancha. Pero al equipo de Marcelo Gallardo se lo notaba más atildado, prolijo en el manejo de la pelota, con Teo pivoteando y Pisculichi manejando los hilos.
Así corrió la primera media hora, sin muchas emociones, con la lesión de Franco Mussis que alteró la idea inicial del Patón Bauza y con River que parecía sólido en el fondo. Hasta que el Ciclón se soltó y en cinco minutos generó las dos chances más claras: a los 36, Barovero le sacó un derechazo imposible a Matías Caruzzo. Al defensor le quedó la pelota en el área y sacó un derechazo seco, que parecía meterse contra el palo, pero el arquero voló y la sacó.
River ganó la Recopa Sudamericana en las dos áreas. Con una tremenda actuación de Marcelo Barovero y con una enorme efectividad en ataque, le ganó 1-0 a San Lorenzo como visitante con gol de Carlos Sánchez, al igual que en la ida en el Monumental. Así, el equipo de Marcelo Gallardo se saca la bronca de los clásicos de verano, arranca el año con una sonrisa y levanta su séptimo título internacional en la era moderna.
Por localía, por necesidad de revertir el 0-1 y para demostrar que lo había pasado en River había sido solo una mala noche, San Lorenzo salió a mostrar credenciales de arranque en la revancha. Pero al equipo de Marcelo Gallardo se lo notaba más atildado, prolijo en el manejo de la pelota, con Teo pivoteando y Pisculichi manejando los hilos.
Así corrió la primera media hora, sin muchas emociones, con la lesión de Franco Mussis que alteró la idea inicial del Patón Bauza y con River que parecía sólido en el fondo. Hasta que el Ciclón se soltó y en cinco minutos generó las dos chances más claras: a los 36, Barovero le sacó un derechazo imposible a Matías Caruzzo. Al defensor le quedó la pelota en el área y sacó un derechazo seco, que parecía meterse contra el palo, pero el arquero voló y la sacó.
Y luego llegó una trepada de Emannuel Mas por izquierda, el centro atrás para la aparición de Sebastián Blanco, que tocaba al arco vacío, ya con Barovero sin chances, pero la pelota rebotó en Rojas que cubría el arco. Fue una ráfaga de San Lorenzo. Dos situaciones clarísimas en un primer tiempo parejo que, sobre el final, se empañó por la agresión que sufrió el asistente número uno Juan pablo Belatti.
En el segundo tiempo, otra vez el local salió decidido. Con las buenas apariciones de Sebastián Blanco que llegaba por sorpresa y con los ingresos de Matos (apara acompañar a Cauteruccio en el frente de ataque) y de Gonzalo Verón para darle profundidad. La mejor chance nuevamente fue para San Lorenzo con un zurdazo de Cauteruccio que salió ancho.
Y tanto fue el Ciclón, tanto lo perdonó, tanto atajó Barovero cada vez que tuvo que aparecer, que River terminó siendo letal en una de sus primeras aproximaciones de la segunda parte. A los 23 minutos, llegó el desborde de Mora por derecha, el centro atrás para la llegada de Carlos Sánchez, y otra vez el uruguayo, como en la ida en el Monumental, alcanzó a darle de atropellada y la pelota se metió casi pidiendo permiso en el arco de Torrico.
Por localía, por necesidad de revertir el 0-1 y para demostrar que lo había pasado en River había sido solo una mala noche, San Lorenzo salió a mostrar credenciales de arranque en la revancha. Pero al equipo de Marcelo Gallardo se lo notaba más atildado, prolijo en el manejo de la pelota, con Teo pivoteando y Pisculichi manejando los hilos.
Así corrió la primera media hora, sin muchas emociones, con la lesión de Franco Mussis que alteró la idea inicial del Patón Bauza y con River que parecía sólido en el fondo. Hasta que el Ciclón se soltó y en cinco minutos generó las dos chances más claras: a los 36, Barovero le sacó un derechazo imposible a Matías Caruzzo. Al defensor le quedó la pelota en el área y sacó un derechazo seco, que parecía meterse contra el palo, pero el arquero voló y la sacó.
Y luego llegó una trepada de Emannuel Mas por izquierda, el centro atrás para la aparición de Sebastián Blanco, que tocaba al arco vacío, ya con Barovero sin chances, pero la pelota rebotó en Rojas que cubría el arco. Fue una ráfaga de San Lorenzo. Dos situaciones clarísimas en un primer tiempo parejo que, sobre el final, se empañó por la agresión que sufrió el asistente número uno Juan pablo Belatti.
En el segundo tiempo, otra vez el local salió decidido. Con las buenas apariciones de Sebastián Blanco que llegaba por sorpresa y con los ingresos de Matos (apara acompañar a Cauteruccio en el frente de ataque) y de Gonzalo Verón para darle profundidad. La mejor chance nuevamente fue para San Lorenzo con un zurdazo de Cauteruccio que salió ancho.
Y tanto fue el Ciclón, tanto lo perdonó, tanto atajó Barovero cada vez que tuvo que aparecer, que River terminó siendo letal en una de sus primeras aproximaciones de la segunda parte. A los 23 minutos, llegó el desborde de Mora por derecha, el centro atrás para la llegada de Carlos Sánchez, y otra vez el uruguayo, como en la ida en el Monumental, alcanzó a darle de atropellada y la pelota se metió casi pidiendo permiso en el arco de Torrico.
Desde ese momento el partido se empezó a calentar. Ramiro Funes Mori se fue expulsado en River y Buffarini vio la roja en San Lorenzo. Pero el gol de Sánchez había roto el partido. El Ciclón no llegó más y los de Gallardo pudieron haber aumentado la cuenta con un tiro de Sánchez que sacó Torrico y un drechazo débil del Pity Martínez que también fue a parar a las manos del arquero.
River fue mucho más que San Lorenzo en los 180 minutos. Lo que no pudo concretar en el partido de ida en el Monumental lo terminó consiguiendo con una tremenda efectividad en el Nuevo Gasómetro. Se apoyó en las manos de Barovero, raspó en el medio con Kranevitter y volvió a contar con las mejores versiones de Sánchez y Rojas. Vuelve a gritar campeón. Vuelve a levantar una Copa. Y arranca 2015 con la misma sonrisa que tenía al finalizar 2014.