Según las últimas informaciones, la mayor parte del carguero no tripulado se desintegrará al entrar a la atmósfera; podría impactar al este de Nueva Zelanda, pero no está confirmado.
medida que pasan los días se conocen más detalles sobre el destino final que tendrá la nave espacial Progress M-27 M,luego de que no pudiera acoplarse con la EEI por problemas técnicos, tras su lanzamiento ocurrido hace más de una semana en Kazakhstán.
El «viaje» del carguero ruso que cae descontroladamente hacia la Tierra desde el 29 de abril culminaría mañana, según las últimas informaciones.
Al respecto, la agencia espacial rusa Roscosmos dio a conocer ayer en un comunicado precisiones acerca de la caída de Progress M-27 M. Señaló así que se desintegrará entre esta noche y mañana una vez que atraviese la atmósfera.
De acuerdo con los cálculos actuales, el transbordador, que pesa más de siete toneladas, se precipitará al este de Nueva Zelanda sobre el océano Pacífico. En este punto del planeta (y no a unos 1600 kilómetros al este de Cuba sobre el Atlántico como se había dicho al principio) se desintegrará casi por completo, a excepción de las partes de titanio y acero inoxidable.
«Como regla, se queman en las capas densas de la atmósfera, a unos 60 kilómetros altura», explicó el jefe del programa de vuelos del segmento ruso de la Estación Espacial Internacional (EEI), Vladimir Soloviov.
Colaboradores de Roscosmos aclararon, además, que aún no es posible precisar si caerán restos sobre regiones habitadas, ya que la nave espacial rusa gira sobre su propio eje y podría cambiar de rumbo. «En caso de verse afectado el territorio de algún país, podrían reclamarse indemnizaciones», aseguraron a la agencia Interfax.
Qué pasó
El martes 29 de abril Rusia abandonó una misión valuada en 51 millones de dólares para enviar 2722 kilos de suministros a la EII con la nave no tripulada Progress M-27M, que no pudo acoplarse con la estación espacial por problemas técnicos tras su lanzamiento el día anterior en Kazakhstán.
El Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia perdió el control del carguero después de que quedara situado en una órbita errónea y dejara de enviar datos a la Tierra debido a que no se desplegaron todas sus antenas.