Los peritos se esfuerzan por juntar elementos para determinar el nombre de las víctimas del vuelo estrellado en los Alpes franceses, pero la pendiente del terreno y el estado de los cuerpos lo dificulta.
Los investigadores franceses han identificado ya el ADN de 78 de los 150 ocupantes del A320 de Germanwings que se estrelló en los Alpes franceses el pasado martes, indicó hoy el fiscal que dirige la investigación, Brice Robin.
Por el momento no se ha identificado a ningún pasajero, algo que se hará posteriormente en París comparando las muestras recogidas en el lugar de la tragedia con las casi 5.000 que han aportado sus familiares, indicaron a Efe fuentes de la investigación.
Las labores de búsqueda de restos de los pasajeros en el lugar del accidente prosiguen este domingo por sexto día consecutivo, con medio centenar de vuelos de helicópteros diarios para llevar personal de búsqueda.
Además, entre 400 y 600 restos fueron hallados por las autoridades.
«La catástrofe aérea causó daños profundos y no hemos encontrado un solo cuerpo intacto… Hemos hallado entre 400 y 600 elementos de cuerpos y restos biológicos», reveló el coronel Patrick Touron, director adjunto del instituto de investigación criminal de la gendarmería nacional.
Touron es tajante: la identificación de los cuerpos de los 150 muertos será complicada, y el primer obstáculo es el terreno. «Tenemos pendientes de 40, 60 grados, desprendimientos rocosos (…), con un terreno muy margoso (en roca sedimentaria)» que presenta un riesgo para los gendarmes enviados al lugar, precisó el coronel.
Por este motivo los investigadores siempre van acompañados de gendarmes de alta montaña, quienes le garantizan su seguridad.
«Como la seguridad es el punto clave, los procedimientos de levantamiento son un poco largos», reconoció el coronel Touron. Se está tratando de evacuar por helicóptero los restos humanos encontrados, para luego enviarlos a un laboratorio del municipio de Seynes, ubicado a 10 kilómetros de allí, donde la Policía intenta extraer el mayor número posible de información.
En este laboratorio, en un lugar hasta ahora mantenido en secreto, «unos 50 médicos forenses, dentistas forenses, la policía nacional que trabaja en la identificación y técnicos de investigación criminal locales» se movilizan «para poder devolver los cuerpos de las víctimas a sus allegados lo antes posible», agregó Touron.
En semejantes circunstancias y «dado el deterioro de los cuerpos», cualquier elemento puede ser útil: huellas digitales o dentales, joyas… «En las catástrofes, tradicionalmente, el 90% de las identificaciones se hacen a través de los dientes», del ADN.
«La dentadura es un importante elemento para proceder a la identificación, habida cuenta de la naturaleza del deterioro de los cuerpos», insistió el coronel.
Una vez tomada la muestra genética ésta se envía a Rosny-sous-Bois, en las afueras de París, «para obtener un perfil de ADN que será comparado con el de los familiares» obtenido de la recogida de muestras de saliva.
El coronel explicó que se sigue el procedimiento normal en estos casos. Lo novedoso «es necesitar un helicóptero para llegar hasta el lugar y un especialista de montaña enganchado al investigador, así como la transferencia de los elementos recogidos a una plataforma que luego es transportada en helicóptero y traída hasta aquí», concluyó Touron.