La Presidente Cristina de Kirchner recibió en la Quinta de Olivos a la cúpula de la Iglesia Católica después de los cruces surgidos por el documento del Episcopado sobre la violencia en la Argentina.
El sorpresivo y hermético encuentro -sólo se difundieron imágenes de la reunión- se desarrolló entre las 17.00 y las 18.00 y fue «muy cordial», confirmaron fuentes oficiales a NA.
Junto al secretario de Culto, Guillermo Oliveri, la Presidenta recibió al titular de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, el secretario general, Enrique Eguía Seguí y el vicario general del Arzobispado de Buenos Aires, Joaquín Sucunza.
En la reunión se trató el documento de la Iglesia «Felices los que trabajan por la paz», que había desencadenado fuertes cuestionamientos por parte del oficialismo, debido a que en ese texto los obispos señalan que «la Argentina está enferma de violencia» y mencionan el «cáncer de la corrupción».
«Fue una charla muy distendida, en muy buenos términos, cordiales. Se habló del documento pero fue un intercambio muy constructivo», dijeron las fuentes consultadas por NA.
El encuentro para distender la relación había sido acordado el martes por Oliveri y Eguía Seguí, en medio del proceso de acercamiento con la Iglesia que motorizó la Presidenta luego de que, en marzo del año pasado, el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio fuera consagrado Papa.
El sábado, Cristina de Kirchner había salido al cruce del pronunciamiento durante la inauguración del monumento en conmemoración del aniversario del asesinato del padre Carlos Mugica: «Hoy no tenemos una sociedad enfrentada en forma violenta como en otros tiempos», señaló entonces.
De todos modos, el vocero del Episcopado Jorge Oesterheld había aclarado poco antes este jueves que el texto no estaba dirigido especialmente contra el Gobierno: «Se dirige, en general, a la clase dirigente porque son los que tienen más responsabilidades que los demás, pero no es un documento contra el Gobierno», precisó.
En declaraciones televisivas, el vocero de los obispos afirmó además que «no hubo tiempo» para enviar una copia del documento al papa Francisco antes de que se difundiera, aunque destacó que «hay una línea muy clara desde hace muchos años en la Conferencia Espiscopal que es la misma y el Papa ha participado de ella durante muchos años».
«En el momento, no. Seguramente ya lo debe haber leído. Ese día a la mañana cuando vimos que habían trascendido algunos párrafos del documento y se ponía que el tema era la inseguridad cuando no era, nos apuramos a hacerlo público, entonces no hubo tiempo de enviárselo al Papa», afirmó.