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Miguel Nadur se despide hoy de su comunidad que recibe a Juan de Dios

Por La Redacción

El sacerdote saliente desarrolló una intensa labor en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario y San Carlos Borromeo durante una docena de años. Esta tarde, a las 19:00, será la misa en que el obispo Héctor Cardelli pondrá en funciones al nuevo presbítero que es integrante del Instituto de los Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista.

 

DE LA REDACCION. El presbítero de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás y San Carlos Borromeo, Miguel Angel Nadur Dalla, fue trasladado al Obispado para cumplir allí tareas de colaboración con la Diócesis que es dirigida por el obispo Héctor Sabatino Cardelli.

Hoy será la última misa que Miguel Nadur presida en el templo de J. J. Valle 1113. En esta oportunidad también, monseñor Cardelli pondrá en funciones a Juan de Dios, sacerdote perteneciente al Instituto de los Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista.

 

Diálogo profundo

Días pasados LA OPINION mantuvo contacto con el padre Miguel Nadur que contó cómo se originó la idea del traslado definitivo hacia San Nicolás. 

– ¿Como se determinó su traslado?

– El origen de este traslado estuvo determinado por el accidente cerebro vascular que sufrió el padre Marciano Alba (exvicario de la Diócesis de San Nicolás), a mediados del año pasado. A partir de ese momento advirtió limitaciones en su salud. Por otra parte hace más de 20 años que yo soy un colaborador del Tribunal Eclesiástico razón por la que viajaba todos los lunes para atender los diferentes casos que se presentaban. Por otra parte vale destacar que el padre Marciano Alba y el padre Saturnino Prieto habían venido juntos desde España hace 50 años a evangelizar estas tierras. Visto el estado de salud del padre Marciano, ambos decidieron emprender el regreso a su país natal. Consecuentemente yo me quedé sin la ayuda de Saturnino mientras que el Obispado se quedó sin la colaboración del padre Marciano. Este conjunto de factores generaron el nombramiento de Carlos Miri como vicario general que asumió la responsabilidad de controlar los 40 colegios católicos de la Diócesis, la responsabilidad de la economía diocesana y el trabajo que demanda la parroquia principal de Pergamino que es la Merced. Yo fui ayudando cada vez un poquito más. De este modo empecé a quedarme en San Nicolás de lunes a jueves, pero no tenía quién me cubriera las actividades propias de mi parroquia. Considerando las demandas de esta comunidad que, a mi entender, primero está lo diocesano y luego lo parroquial, acepté la propuesta del obispo. Me dejé conducir por el Señor al igual que lo hice cuando me trasladaron desde San Nicolás a Pergamino hace 12 años. 

– ¿Cómo se determinó quién podía asumir su cargo en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario?

– El obispo me preguntó si tenía a alguien de mi confianza para dejar al mando de la parroquia. Considerando la intensa labor que habían desplegado los Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista surgió la posibilidad de que ellos dieran continuidad a la obra y por eso fue elegido el sacerdote Juan de Dios.

– Específicamente ¿Cuál es la labor que llevará adelante en el Obispado?

–  Ayudaré en la Comisión Judicial por mi condición de abogado. El Obispado recibe la inquietud de 500.000 personas que deben ser atendidas. Para eso estaré yo, escuchando a los fieles. De todos modos yo estoy atravesando de un año sabático que me otorgaron por los 25 años de labor sacerdotal que culminará en noviembre. A partir de esa fecha nuevamente quedaré a disposición de Monseñor Cardelli.

– Si bien usted, con la aceptación de este traslado, cumple la voluntad de Dios obedientemente, hay una comunidad muy apenada por su partida.

– Hay un fragmento de una canción de Atahualpa Yupanqui que dice: “Tira el caballo para adelante y tira el alma para atrás”. Yo transité en esta parroquia 12 años. Hemos crecido mucho pero también quedan bastantes cosas por hacer. Funcionan 25 grupos de trabajo en este templo. No obstante analizando la propuesta del obispo uno piensa qué es lo más urgente, qué es lo primero y más necesario y por eso decidí trasladarme al Obispado. Le pido a la comunidad que acepte al sacerdote que ingresa. El cura nuevo se asemeja a un zapato nuevo, primero pareciera que ajusta pero luego de transitar el pie se acomoda. Lo mismo pasa con las personas que debemos aprender a adaptarnos. Bajo el signo de la esperanza transito por este camino sabiendo que lo que nos acontece es el mejor plan que Dios tenía para uno. Agradezco a todos, pido perdón de las cosas que tengo conciencia que no estuvieron bien hechas, habrá otras de las que no tengo conciencia y tercero pido disculpas por las cosas que estaban por hacerse y no pude llevar a cabo. Por otro lado, alguno puede pensar que me ha molestado, que me hirió o que me hizo mal, no tengo recuerdo ninguna situación de este tipo pero si de algo sirve a esas personas que creen que me hicieron mal ya las he perdonado.

 

Juan de Dios

Por otro lado LA OPINION mantuvo un diálogo con el sacerdote Juan de Dios quien hoy, a las 19:00, tomará posesión de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario. “Tengo doce años de sacerdocio y vengo de una comunidad grande, de más de 50.000 habitantes, de la Parroquia Santa Teresa de Jesús de la localidad de Garín, del Gran Buenos Aires, una parroquia grande con numerosas actividades y una importante cantidad de feligreses”, contó De Dios.

Interrogado sobre las expectativas que tiene para con este nuevo desafío pastoral, aseguró: “Venimos a aprender, a enriquecernos y a compartir con los fieles de Pergamino. El Señor nos da la oportunidad de atravesar muchas experiencias y esta situación en particular viene de Dios, por eso sólo tenemos que confiar en él que es quien hace la obra, nosotros solo somos sus instrumentos”.

Asimismo manifestó que se encuentra conociendo la comunidad. La idea es dar continuidad a la obra que desarrolló Miguel Nadur. Vale en este sentido destacar que son 25 los grupos que trabajan en la Parroquia del barrio Hernández. “Esta comunidad tiene una historia particular y hay que acompañar a los fieles en su caminar”, destacó.

Por último dejó entrever su impronta de trabajo: “Nuestra espiritualidad como hermanos de esta congregación es ser discípulos de Jesús. Presentaremos al Señor vivo y presente en la Eucaristía. La vida espiritual es la que dará fundamento a todo”.

 

Fuente: La Opinion de Pergamino

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