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35 Años de la Iglesia Asamblea de Dios, El Socorro

Por La Redacción

La Iglesia evangélica ubicada en la calle Lorenzo Moreno, esquina 25 de Mayo, fue fincada en la localidad, el día 18 de febrero de 1980. En esta fecha llega a este pueblo Juan Pablo Jarra, acompañado de su esposa Nieves Eva Gómez, y sus cinco hijos, Juan José, María Ofelia, Miguel Ángel, Mirta Noemí, y Nora Lidia.

El hermano Pablo, fue enviado por la Iglesia Asamblea de Dios, en la cual él estaba trabajando,  domiciliada en calle Montiel 1117 de Paraná, pcia de Entre Ríos. Su deseo era salir a la obra, y Dios confirmó su llamamiento. Desde ese entonces, cumplió fielmente con esa misión, como dice La Palabra de Dios, “Vayan por el mundo y prediquen este mensaje de salvación a todos” – Marcos 16:30. Al llegar, la familia Jarra se hospeda en la casa de la familia Barreto, y al día siguiente, 19 de febrero, se realiza allí, la primera reunión. A terminar, 11 personas aceptan a Jesús como único y suficiente salvador.

Las reuniones continúan en esta casa, hasta que Dios hace posible la adquisición de un terreno municipal, con aportes de la Iglesia de Paraná. Los miembros de la iglesia donan materiales, y mano de obra, y así se levanta el primer salón de reuniones, totalmente construido por los hermanos. Pero muy pronto ese salón quedaría chico, y se hace necesaria la construcción de un templo más amplio.

En Febrero de 1986, el Pastor de Paraná Andrés Rezende Gómez, coloca la piedra fundamental que indicaba el lugar del futuro templo a construir.

Desde ese entonces y hasta hoy, toda la congregación trabaja para que esta obra, material y espiritual continúe, con mucho gozo decimos que hoy tenemos un hermoso Templo, con un frente renovado, casa pastoral, salones para Escuela Bíblica con baño y un techado para las reuniones informales y festejos.

Hoy, junto a los Pastores que continúan la obra Cecilio y Mary Jaque,  celebramos 35 años de labor ininterrumpida, y  nos comprometemos a seguir trabajando para que todos conozcan el mensaje de esperanza y salvación.

Nota gentileza de Dalila Lorenzo.

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